Cuando un país está atravesando uno de sus momentos económicos más difíciles en su historia reciente no es bueno saber que los mercados financieros están dominando y controlando todos los aspectos de nuestra vida diaria. Para que una sociedad sea libre y democrática necesita de medios de comunicación que salvaguarden el derecho de todos los ciudadanos y ciudadanas de acceder a una información libre y plural. La entrada del nuevo año nos llega con el concurso de acreedores del diario Público, uno de los medios que a través de su edición impresa y digital ha conseguido situarse en un punto importante en la referencia informativa comunicativa.
Además, Agencias de Información nacionales e internacionales, cadenas de radio históricas en nuestro país y demás medios de comunicación están viendo como sus plantillas quedan reducidas hasta la mínima expresión. Dando pie con ello a la precariedad laboral de sus Periodista y a un ejercio de la profesión controlado y manipulado por dichos mercados económicos y financieros.
Un país como éste que ha sabido luchar por una sociedad democrática, libre y plural está viendo como en estos momentos la economía está controlando y acotando todos los derechos individuales y colectivos.
En el año 2011 han dejado de informar más de 40.000 periodista, un ejercicio amparado y protegido por la Consitución Española.
Nunca debemos olvidar que una sociedad menos informada es una sociedad menos libre, pero quizá ya nos hemos acostumbrado a renunciar a demasiados derechos sin hacer mucho ruido. Si los medios de comunicación de la transición recortaran y dejaran de informar muchos ciudadanos saldrían a la calle para pedir la voz y la información que les permita conocer su realidad inmediata.
Esta crisis no es sólo económica, muchos valores presentes hace apenas 35 años se está perdiendo por el miedo a perder nuestra estabilidad; ahora nuestra sociedad necesita despertar para pedir y exigir lo que por derecho le corresponde.