La Agroindustria debe convertirse en el motor de desarrollo y cambio de Extremadura, afirmaciones que llegan de uno y otro lado, una confirmación en la que todos están de acuerdo pero que no termina de despegar.
Resulta paradógico que una región como la nuestra, eminentemente rural y con la producción de una exquisita materia prima no se decida a dar el salto definitivo por la producción, transformación y distribución de nuestros bienes más preciados.