La Agroindustria debe convertirse en el motor de desarrollo y cambio de Extremadura, afirmaciones que llegan de uno y otro lado, una confirmación en la que todos están de acuerdo pero que no termina de despegar.
Resulta paradógico que una región como la nuestra, eminentemente rural y con la producción de una exquisita materia prima no se decida a dar el salto definitivo por la producción, transformación y distribución de nuestros bienes más preciados.
De sobra es sabido como nuestro vino, aceite, y las mejores carnes son "expoliadas" por otros territorios para una vez llegados al punto de destino, transformarla, etiquetarla y distribuirla como materia propia. Ante un panorama económico difícil y complicado, la exportación se está conviertiendo en la mejor opción de desarrollo para España, y es el mercado exterior quien está demandando cada vez más nuestros productos, un nuevo nicho de mercado que podría aprovecharse para que la plusvalía quedé en Extremadura y no fuera de ella.
Nuestro medioambiente es sinónimo de calidad, y la marca Extremadura es cada vez más demandada, no deberíamos volver a repetir los errores de nuestra historia y sumarnos tarde al desarrollo agroindustrial, por ello sería fundamental que todos los agentes sumarán esfuerzos para que nuestro sector primario: agrícola y ganadero, se transforme en un gran apuesta agroindustrial que sirva como motor de cambio y desarrollo a una Comunidad Autónoma que mucho tiene que decir y aportar en este modelo.
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